domingo, 7 de junio de 2009

San Gerónimo

Cuentan que hubo un tiempo en que el río se secó en una de sus peores sequías al extremo que las desgracias y miserias no podían ser castigo de Dios: los animales morían, las hembras perdían sus crías, las plantas morían, los árboles se secaban. No había remedio para esto y algunas personas comenzaron a irse a otros valles con mejor suerte.
Un día llegó al valle un hombre que, según contó, venía caminando valle abajo y visitaba todos los lugares. Llamó la atención la túnica que usaba y su firma de hablar, tan dulce y firme. Desde que llegó hablaba de Dios y de lo importante que era arrepentirse de los pecados para no traer la ira divina. Peor de lo que se dio cuenta la gente del valle era que con su llegada empezó a llegar el agua y con ella la vida. Las atenciones hicieron que este personaje quedase en el valle más tiempo del que tenía programado. En ese tiempo, los animales engordaron, el río creció, las plantas empezaron a tomar fuerza y las hembras preñaban y parían.
Pero este personaje debía continuar su recorrido hacia el norte. No escuchaba los ruegos de la gente que se reunía en tu entorno. No le inmutaron ni las lágrimas de las mujeres agradecidas ni la risa de los niños que jugaban a su alrededor, pues su partida era inevitable. Dicen los viejos que mientras subía el cerro cayendo ya la tarde, las gentes en silencio rogaban a todas las fuerzas para que el personaje no se vaya. Pero la oscuridad que avanzaba muy rápido, como nunca, impidió seguir viendo al visitante perderse en las alturas.
Al día siguiente la gente se levanto con congoja y sólo atinaron a recorrer con la vista el sendero del visitante y cual no sería su sorpresa al ver al mismo pero convertido empiedra: los ruegos de la gente había logrado detener su partida y había logrado hacer que se queda en medio del valle, para bendecir su prosperidad. Las gente empezó entonces a llamarlo San Jerónimo, patrono del valle de Ilo.
Dicen que los valles del norte nunca recibieron su visita, por eso terminaron secándose y sus gentes tuvieron que salir de ellos para no morir de hambre y sed.
Frente al Parque Ecológico de El Algarrobal, en medio de un angosto camino se puede ver a un personaje de espaldas, con su capa a medio vuelo y la pierna flexionada en además de subir el cerro, recorrido que nunca culminó.
Cortesía :
Edwin Adriazola Flores

viernes, 5 de junio de 2009

Calienta negros

Graciela Vera contaba sobre la playa Calienta Negros la siguiente leyenda: La misteriosa playa de Calienta Negros está enclavada en un paradisiaco lugar rodeada de silenciosos peñascos, ternos y celosos guardianes de lo que allí sucedió. Esta enigmática y seductora playa tiene el increíble sortilegio de atraer, enamora y despertar profunda curiosidad por sus raras leyendas de acontecimientos ocurrido durante la Colonia. La leyenda cuenta de cuando llegaron por mar raras e impresionantes embarcaciones a vela, flameando tétricas banderas negras y despertando el temor de la población. En esos galeones viajaban temibles y sanguinarios piratas en su afán de rapiña por haberse enterado de los fabulosos tesoros en el Perú. Aquellos ocultaban sus naves en playas pequeñas y tranquilas par asechar a los españoles portadores de sus inmensas riquezas. Pero también llegaban con sus bodegas llenas de esclavos traído desde el Congo.
Hombres y mujeres negros eran tratados como bestias de carga y vendidos como tales. En la playa se les sometía a subasta en donde se les cotizaba por su estatura, físico y dentadura, adornado con grilletes que llevarían hasta el fin de sus días.
Fondeados sus galeones, los diabólicos piratas en su estratégico escondite procedían a desembarcas la triste y lacerada mercancía humana es la playa , apartada tanto del humilde pueblo y aprovechando de ese lugar para calentar o reanimar bajo los reconfortantes rayos de sol a los miserables negros, desventurada gente que llegaba después de una penosa, larga y sacrificada travesía de largos meses por el mar sin poder siquiera caminar ni estirar su cuerpo, medios moribundos, desnutridos y con múltiples enfermedades. Esta famosa e histórica playa que los piratas utilizaban para calentar a los negros por espacio de algunos días y alimentarlos con mariscos y pescado antes de su comercialización se conoce hasta nuestros días como Caleta Negros (Calienta Negros).
Allí también ocurrió otro hecho: “Dicen que una hermosa y bien formada negrita era requerida y asediada por un robusto y barbado pirata inglés, y cuentan que en una tranquila y oscura noche de verano allá junto al roquerío el pirata pretendió hacerla su mujer. La negrita angustiada se defendió como podía y desesperada, ya no sabía quehacer y antes de perder su honor en manos de ese bárbaro pirata, cogió una daga del cinto del pirata… y en vista que los ruegos no el importaban ni las lágrimas conmovían a aquel hombre cruel, ella perdió la razón, se hundió la daga en el pecho y se partió el corazón.”
Otra versión no habla de piratas si no de comerciantes ingleses quienes desembarcaba por Puerto Inglés y utilizaban Calienta Negros para los fines que se han comentado líneas. Es de allí donde vendría el nombre de Calienta Negros: el lugar donde se calentaba a los negros vendidos como esclavos, o la caleta de los negros, en donde se les comerciaba para introducirlos en los valles de Sama, Moquegua, Tacna, Arica y Tarapacá.
Leyenda Ileña brindada por el profesor
Edwin Adriazola Flores
Nuestro más sincero agradecimiento.

lunes, 1 de junio de 2009

Playa Las Loberas

Había una vez en el puerto de Ilo una playa en la cual vivían una señora y sus dos nietas. Un día la señora mando a sus nietas a recoger leña, sin saber que por ese lugar se encontraban merodeando piratas. Los piratas al ver a las niñas fueron tras ellas, las golpearon y las ultrajaron.
Las niñas al regresar a su casa le contaron todo lo sucedido a su abuela, quien enfurecida salio en busca de los culpables. Al encontrar a los culpables, la mujer lanzo grandes maldiciones contra ellos, y debido a esto se dice que los piratas se convirtieron en lobos marinos.
Es por eso que a ese lugar se le conoce con el nombre de la playa Las Loberas.

La india María

En los inicios de valle Algarrobal, existía en una de los fundos una india llamada María. Ella vivía con su madre.Conforme pasaron los años María se convirtió en una persona cada vez mas malcriada y malagradecida.
Un día su madre mando a María a pastar ovejas al cerro y ella ni quiso obedecer lo indicado. La madre de la india , le increpo su conducta y la muchacha le contesto y cacheteó a su propia madre.
La madre de María le dijo que las hijas que golpeaban a sus madres se condenaban. María no presto importancia a las palabras de su madre y se fue al cerro. En la mitad del camino, María se sintió mal y al poco poco rato ella y sus ovejas se convirtieron en piedra. Desde entonces podemos observar a María y a sus ovejas en el cerro yendo al Algarrobal.

La Horma

Al norte de la ciudad de Ilo, hay un manantial copioso que desemboca en la playa El Platanal,llamada así porque en su lecho se levantan palmeras a la cual debe su nombre , además de higueras y otras plantas.
Aquí habitaba un pequeño pero aguerrido pueblo perteneciente a la cultura chinchorro. Su vida cotidiana se desarrollaba entre la paz de sus quehaceres domésticos, los hombres se dedicaban a la pesca, al cultivo y a la orfebrería, y las mujeres al tejido y cerámica.
Cuando Wiracocha vino a Ilo a sumar territorios para incorporarlos a su Imperio , tuvo conocimiento de las ricas minas de oro que existian al norte enviando un pequeño grupo de guerreros . Debido a la dificultad de acceso a la quebrada El Platanal, no pudieron doblegar a los dueños de casa.
Irritado , el Apu Wiracocha, cuenta la leyenda, voló hacia el lugar y aterrizo cerca al manantial dejando estupefactos a los del chinchorro y sometiéndolos de este modo.
Testigo de esto , es que hoy en día se puede apreciar en una roca la horma del pie que el inca Wiracocha dejo al llegar.

Autor: Anonimo

La dama encantada

Cuenta la leyenda que cierta vez en el valle Chiribaya de la provincia de Ilo se hallaba un chombo, el cual fue encontrado por un explorador , percatándose que emanaba un olor fétido del mismo.
Al darse cuenta de dicho olor, el explorador decidió abrir el chombo. Al destaparlo, no pudo soportar la fetidez , perdiendo la conciencia por algunos segundos.
Al despertar, se topo con una bellísima dama, ella había salido del chombo.
Al cruzar miradas la dama le dirigió la palabra para pedirle que no dijera nada sobre su existencia y a cambio de su silencio le concedería cualquier deseo .
Autor : Anónimo.